FILOSOFIA



Filosofía etimológicamente significa “amor a la sabiduría”, esto se puede interpretar de tres formas: Como un estudio que guía al individuo sobre su conducta general. Como una visión de la vida coherente y ordenada que percibe el hombre con relación a los fenómenos con los que interrelaciona. Como un conjunto de principios conductores y reguladores de la conducta humana y los valores especializados en los diversos campos del conocimiento. La filosofía es, pues, una concepción del mundo y de la vida que repercute sobre la conducta.

La reflexión metódica que refleja la articulación del conocimiento y los límites de la existencia y de los modos de ser se denomina filosofía. El término, de origen griego, se
compone de dos vocablos: philos (“amor”) y sophia (“pensamiento, sabiduría, conocimiento”). Por lo tanto, la filosofía es el “amor por el conocimiento”.

El filósofo, por su parte, es un individuo que busca el saber por el saber mismo, sin un fin pragmático. Se mueve por la curiosidad e indaga acerca de los últimos fundamentos de la realidad. Más allá del desarrollo de la filosofía como disciplina, el acto de filosofar es intrínseco a la condición humana. No es un saber concreto, sino una actitud natural del hombre en relación al universo y a su propio ser.

Al igual que la religión, la filosofía se centra en las cuestiones últimas de la existencia humana. En cambio, a diferencia de la religión, no se basa en una revelación divina o en la fe, sino que lo hace en la razón. De esta forma, la filosofía puede ser definida como el análisis racional del sentido de la existencia humana, tanto individual como colectiva, fundado en la comprensión del ser. Pese a ciertas semejanzas con la ciencia, la filosofía se distancia de ésta ya que muchas de sus preguntas no pueden ser respondidas mediante el empirismo experimental.


FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN
La Filosofía de la Educación no es un tipo de saber útil en el sentido en que pueden serlo las matemáticas o la ingeniería; pero es de gran utilidad, porque cumple una función esencial a la hora de iluminar la acción humana, que por tratarse de la actividad de un ser racional debería estar orientada por el conocimiento. Por esa razón su cultivo adquiere una gran importancia para los educadores.
La tarea educativa remite de suyo a cuestiones de gran calado filosófico que es necesario abordar como, por ejemplo, qué significa conocer y qué valor tienen determinadas formas de pensamiento (Epistemología), qué es valioso y por tanto merece ser enseñado y aprendido (Ética), la naturaleza de las actividades mentales (Filosofía de la mente), etc.
La Filosofía de la Educación, no pretende determinar con qué medios, en qué circunstancias y ambiente, o a qué individuo hay que educar; sino que se plantea cuestiones de carácter más amplio y general, del tipo: qué es la educación, por qué es necesaria, quién es el sujeto de la educación, para qué educamos, cómo es posible que alguien llegue a educarse, etc.
En concreto, una de las cuestiones filosóficas fundamentales que han de abordarse al tratar el tema de la educación consiste en clarificar qué se entiende por un ser humano educado; porque el ideal de humanidad que se asume es el motor que pone en marcha todo el proceso educativo. Sólo después, una vez perfilada la cuestión del ideal al que se tiende, se podrán acometer con acierto los estudios relacionados con los agentes y los medios educativos, pues deben adecuarse a la promoción del ideal de persona que orienta el proceso. Y, sin duda, para acertar en la formulación de ese ideal es preciso llevar a cabo una atenta reflexión de carácter filosófico-antropológico.
Además de éstas, hay otras cuestiones filosóficas de gran interés para los educadores; entre ellas, las que examinan las tensiones que se plantean en la sociedad contemporánea rara reconciliar la responsabilidad social y la autonomía individual; el respeto por la tradición y la el derecho a ofrecer una interpretación personal de la misma; la libertad personal y la autoridad externa; el ámbito privado del individuo y el dominio público de la comunidad, etc.
La Filosofía de la Educación se ocupa también de otros temas de gran importancia como, la formulación del modelo antropológico que subyace en las distintas propuestas teóricas de educación; la naturaleza específica de la relación educativa; la clarificación de los fines, objetivos y valores educativos; el lugar que corresponden a la educación social, cívica, política, religiosa, ética y estética en el currículum; la deontología profesional de los docentes, etc.
La Filosofía de la Educación, no busca directamente generar nuevos conocimientos pedagógicos, sino permitir una comprensión más profunda de aquello con lo que el educador está ya familiarizado; y ayudar a conocer las discusiones y los problemas que tuvieron lugar en el pasado, y el modo en que fueron afrontados y tal vez solucionados racionalmente
La Historia de la Filosofía pone al educador en contacto con las ideas que entretejen nuestro modo de entender la educación, facilita el desarrollo del juicio propio y previene frente al peligro del dogmatismo en aquellos ámbitos que están abiertos a la discusión, a la diversidad de planteamientos, y a la crítica razonada.
No es este el momento de señalar el desarrollo del pensamiento educativo en la Historia de la Filosofía. Remitimos al lector a las voces correspondientes a los distintos autores.

FUNDAMENTOS METAFÍSICOS DE LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN

La mentalidad actual es difícil de ser comprendida. Existe un ámbito de confusión y de desorientación referente hacia dónde vamos, de donde venimos, etc; tanto el pensamiento como las prácticas educativas de hoy se caracterizan por éste ambiente de confusión. José Guadalupe de la Mora Ledesma, en su obra titulada “Esencia de la Filosofía de la Educación”, enuncia tres grandes problemas que engendran la desorientación filosófica: “El problema de la realidad esencial; el problema relativo a la naturaleza de la verdad y la validez del conocimiento y el problema acerca del origen, naturaleza y destino del hombre”
Desde mi perspectiva, estos tres asuntos son motivo de una reflexión profunda por parte de quienes hemos dedicado nuestra cotidianeidad a la labor educativa. Apoyo la idea de que si los educadores lográramos tener un recto conocimiento del hombre, su naturaleza y de su realidad, se pudiera ayudar a la ciencia de la educación a salir un poco de la confusión y del desconcierto en que se navega. Es preciso entonces, recurrir a una verdadera filosofía para que la acción educativa reciba una adecuada orientación.
Todo lo anterior, nos lleva a rescatar algunas reflexiones interesantes en ese ámbito. Los modos de vida, las condiciones sociales, están viviendo profundos cambios. La industria, el campo, la salud pública, el ajuste social y definitivamente la educación, todo se sumerge en un momento histórico cambiante  y que presenta necesidades muy distintas a las de las sociedades anteriores.
Es una realidad que muchos de éstos cambios constantes de los que hablamos han traído grandes beneficios para el hombre y su entorno. Sin embrago, también  es cierto, que en el plano humano, el individuo se ha visto alejado de principios de vida fundamentales de una existencia plena. Se nos ha olvidado, en medio de tanto ajuste y cambio, que los principios de una verdadera filosofía pueden ofrecer al hombre un criterio válido para interpretar y valorar la vida y el significado de la misma.
“El hombre, desde hace un siglo se haya inmerso con mayor profundidad cada vez, en una crisis, que sin duda, guarda mucho de común con otras que nos son familiares por la historia pero que, sin embrago, resulta peculiarísima en un punto esencial. Nos referimos a la relación del hombre con las nuevas cosas y circunstancias que han surgido de su propia acción o que, indirectamente se deben a ella. Podríamos calificar esta peculiaridad de la crisis contemporánea como el regazo del hombre tras sus obras...”.


En este contexto  de cambio y de reajuste de las relaciones interpersonales, aparece la concepción de la vida como un concepto que se ve modificado ininterrumpidamente por los estímulos de un mundo complejo. El ser humano tiene necesidades cada vez más diferentes a las de antaño, necesidades de autorrealización, de estabilidad emocional y de comunicación afectiva. En algunos momentos de la historia ha buscado encontrar sus respuestas en el exterior, construyendo máquinas que le faciliten sus procesos y desarrollando tecnologías de punta. Sin embrago, el camino de la vida interior ha sido minado por este proceso y sus orientaciones de relaciones humanas se han confundido. El avance en su camino hacia la libertad a veces lo ha alejado de su verdad. Si la verdad libera, deberemos entonces replantearnos una concepción de vida que reconcilie los dos términos y que en el caso del proceso educativo, revalore muchos aspectos de la realidad del ser para fomentar una filosofía que le otorgue una certidumbre y una confianza en su potencialidad humana.

LA ADECUACIÓN METAFÍSICA.

Sin embargo, en el dominio de la filosofía, los métodos que conducen a la verdad son el inductivo que parte de la experiencia de lo real y el deductivo que extrae conclusiones de los datos adquiridos por la experiencia sensible y que eleva a representaciones meta-empírica. La verificación de la verdad se realiza por el raciocinio inductivo, deductivo y analógico. La metafísica no es una de las ciencias positivas, es e, saber de los entes, un conocer profundo de ello investigando sus últimas causas. 



RELACIÓN ENTRE FILOSOFÍA DE LA VIDA Y FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN


Un tema que no puede restarnos importancia al realizar un análisis del conocimiento es el relativo a la posibilidad de la metafísica. Kant negó la posibilidad de la metafísica como ciencia equiparable a la ciencia fisicomatemática de la naturaleza que maneja como objetos de estudio los fenómenos, olvidando que la filosofía se construye con realidades que la razón descubre más allá de esos fenómenos, teniendo como instrumento un principio de valor universal que es el principio metafísico de la casualidad y no es el principio de casualidad física que es en el que él apoya sus aportaciones.
“Es propiedad de todo ente de este mundo el no ser necesariamente absoluto, el no ser necesariamente necesario, sino contingente, es decir, que según su esencia puede ser y también –se entiende en distinto tiempo- puede no ser. En este sentido las cosas de este mundo no son independientes, no tienen existencia por sí mismas, por su propia esencia. Y de este ente falto de independencia decimos que depende de otro, que debe a otro su existencia... Ahora bien, si llamamos “causa” a un ente que por su acción da la existencia a otro ente también dependiente, resulta el aserto: Todo ente falto de independencia (contingente) debe su existencia a una causa, con otras palabras, es causado. Este aserto es el aserto universal que buscábamos, que expresa la conexión necesaria entre las cosas de éste mundo y su origen primero supramundano. Llamamos a este aserto, principio de casualidad”
Exigir la verificación de una manera empírica para fundamentar la verdad en el campo de las ciencias positivas, es lo indicado incluso cuando no todo pude comprobarse por este procedimiento en todas las ciencias, en algunos casos el instrumento es el raciocinio deductivo.

 “Otro principio es la causa exterior que produce un ser, aquello en cuya virtud comienza el movimiento o el cambio.” De manera general “causa” y “principio” se utilizan con acepciones semejantes. La educación tiene realidad como fenómeno de la esfera humana, aparece como una acción determinada que produce efectos visibles en el hombre, contemplarla desde una perspectiva filosófica significa procurar una explicación que explicite sus causas y principios y también su esencia. Hacer un estudio filosófico de la educación es hacer una filosofía de la educación con fundamento en la metafísica, un pensamiento que tiene en cuenta el ser educación como realidad fenoménica perceptible para avanzar racionalmente más allá de lo fenoménico hacia el trasfondo inteligible sustante de lo real. La metafísica como ciencia estudia “…el ser en tanto que ser y los accidentes propios del ser.” La generalidad otorgada por el Filósofo a lo que denominó Filosofía Primera permite que todo ente pueda ser estudiado bajo su manto, especular sobre un ente determinado supone tener en cuenta la proporción analógica de entidad que se halla en él y capturar el modo peculiar con el que participa o realiza el ser, la unidad de esencia y existencia.
Todo sistema de educación esta basado sobre una filosofía de la vida con nombrar algunos filósofos como  Platón, Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Locke, Rousseau, Kant, Spencer, Dewey, quienes han reflexionado acerca de la educación a través de la historia. El plan más antiguo de la educación es el de Platón; Kant la analiza en base a un deber ético; William, Natorp y Durkheim la tratan a nivel sociológico. Spencer la ve más como un proceso de evolución materialista. Dewey realiza un pragmatismo experimental y sociológico.
  • De Houre señala los siguientes vínculos entre Filosofía y Educación: Vínculo natural.
  • La concepción de la vida y la educación que se transmiten de padres a hijos: Vínculo lógico.
  • La parte central de la educación se manifiesta en sus ideales determinadas por la Filosofía: Vínculo histórico.
  • Evidenciado por los filósofos  y pedagogos citados a través de la historia: Vínculo social.
  • Haciendo hincapié de la sociedad existente entre filosofía y cultura: Vínculo cultura.
  • El cual representa los ideales de la vida que son guiados por la Filosofía: Vínculo humano.
  • Para lograr el desarrollo educativo del hombre siendo comprendido por la Filosofía: Vínculo religioso.


La Filosofía de la vida se consuma con la religión y ésta se da a conocer al hombre mediante la educación.

EL IDEALISMO ONTOLÓGICO DE LA EDUCACIÓN

La historia del idealismo comienza con el idealismo ontológico de Platón. Según éste, los verdaderos entes no son las cosas sensibles, variables, del mundo de lo perceptible, que sólo representan imperfectamente sus ideas, sino, en completa separación de ellas, las ideas mismas; realismo platónico o extremo), que a la vez reciben su esencia y realidad de la idea suprema del bien y que, en su totalidad, forman el mundo perenne de la claridad y visibilidad espiritual, reino de la oúsía. En la luz del ágathon y según el modelo de estas ideas a partir del espacio caótico se formó el mundo corpóreo. Sólo en esta luz y como recuerdo de las formas o ideas puras primigeniamente contempladas en la preexistencia del alma, es posible el conocimiento. Conocimiento es, consiguientemente, purificación (catharsis) de los lazos y de la disipación sensibles para remontarse a la teoría pura, único lugar donde el alma puede hallar su felicidad. Partiendo de este fin último se define también todo obrar, señaladamente en la forma social del Estado; éste, en su ordenación jerárquica (gobernante, guardianes y trabajadores), que responde exactamente a la estructura del alma (razón, apetito irascible y concupiscible), tiene por objeto el bien común de la totalidad por la educación de los ciudadanos, que los llevará a la felicidad. Con el esquema de la república platónica y su constante orientación a un orden ideal, se puso el fundamento de las utopías filosófico-políticas de occidente.

En la siguientes presentaciones podrás encontrar mas información acerca de la filosofía de la educación y al final se muestra un vídeo que nos ayudara a comprender mejor esta ciencia.

PRESENTACIÓN 1: LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA




PRESENTACION 2: LA FILOSOFIA DEL IDEALISMO TRASCENDENTAL EN LA EDUCACIÓN
  



VÍDEO DE LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN:




BIBLIOGRAFÍA:






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