ANTROPOLOGÍA FILOSOFICA


"ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA"


  • DEDFINICÓN


La antropología filosófica, es aquella rama de la filosofía que tiene por objeto el estudio del hombre en sí mismo; que toma al ser humano como objeto a la vez que sujeto del conocimiento filosófico.

La antropología (del griego: ántropos=hombre), es aquella disciplina que procura el conocimiento del hombre no en sentido físico sino especialmente respecto de su comportamiento tanto en lo individual como en lo colectivo; aunque distinguiéndose de la sociología como disciplina que analiza las cuestiones de las sociedades humanas desde un punto de vista más general y objetivo, que subjetivo.

  •  HISTORIA


La antropología filosófica apareció en la época moderna, ya que sólo a partir del siglo XVII pudo empezarse a considerar el hombre independientemente de la teología, y desde sus inicios estuvo fuertemente marcada por el dualismo cartesiano y por el enfoque kantiano. 
El tema del hombre aparece en la filosofía moderna entendido como «sujeto» o como «razón» y como último eslabón de todo preguntar filosófico. Las preguntas de Kant al respecto hacen clásico el planteamiento y señalan este giro antropológico: «¿Qué puedo saber? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo esperar? ¿Qué es el hombre? A la primera cuestión, responde la metafísica; a la segunda, la moral; a la tercera, la religión y, a la cuarta, la antropología. Sin embargo, en el fondo, se podría poner todo esto a cuenta de la antropología, porque las tres primeras cuestiones se refieren a la última». 

 Max Scheler es considerado (1875-1928) como el iniciador de una antropología filosófica que tiene plenamente en cuenta el fenómeno de la cultura y la historia (El puesto del hombre en el cosmos, 1928). Para Scheler, la antropología filosófica debe tratar al hombre no solamente como naturaleza o como vida; no solamente como voluntad, como sujeto o como razón, sino como hombre en su totalidad. La misión de la antropología filosófica es la de explicar, a partir de la estructura fundamental del ser humano, todas las funciones y obras específicamente humanas: el lenguaje, la moralidad, el Estado, las armas, la guerra, los instrumentos, la técnica, la religión, el arte, la ciencia y la filosofía misma. A partir de aquí, Scheler otorga al hombre un lugar especial en el cosmos, por su intencionalidad, su apertura al mundo, su libertad y por la capacidad de poder trascender lo inmediato.

  •  RAMAS
  • COSMOLOGÍA: Se refiere al orden y el lugar que ocupa 
  • LÓGICA: Es el orden y la verdad de las cosas
  • AXIOLOGÍA: Hace referencia a valoes o principios supremos.
  • EPISTEMOLOGÍA: Es el deber ser de las profesiones.
  • TEOLOGÍA: Objetivos de las ciencias.
  • TEORÍA DEL CONOCIMIENTO: Como conocemos.


  • RELACIÓN DE LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA CON LA PEDAGOGÍA


La antropología filosófica es la ciencia que estudia al hombre en su totalidad, sus culturas y  costumbres a lo largo de la historia.

Estudia lo que ha pasado con los hombres que se han formado en el pasado para comprender el presente y con eso hacer mejoras y tener mejores resultados en el futuro.
Se podría decir que es algo que se realiza, porque los antropólogos estudian nuestro pasado y analizan qué fue lo que hicimos bien y qué hicimos mal, de tal forma que deberían tomar lo que hicimos bien y sugerir a los filósofos y pedagogos cómo debe ser el hombre, para no repetir los mismos errores; sin embargo, como ya lo mencionamos arriba, muchas veces esto no se toma en cuenta y se repiten los mismos errores porque los que dirigen a la sociedad no ven más que la forma de enriquecerse a costa de los demás, sin buscar el mayor bien para la mayoría.
Tanto la pedagogia como la antropología tienen como objetivo la perfección y enseñanza del hombre.


ORIGEN DEL PROBLEMA ANTROPOLÓGICO

El hombre es un ser material entre otros seres materiales, un viviente entre otros seres vivientes; pero eminentemente es un ser espiritual capaz de razonar y de crear. Podemos afirmar que la estructura histórica esencial del hombre es la resultante de tres factores mutuamente implicados: 

  1. El carácter encarnado del espíritu humano (el hombre no es pura materia ni puro espíritu, sino, en la expresión de Heidegger, ser en el mundo)
  2. El hecho de la intersubjetividad o dimensión relacional de la vida humana (la subjetividad humana no es una interioridad cerrada al estilo de Descartes, o de Leibniz, sino ser-con-nosotros-conciencia de)
  3. La temporalidad (el hombre es también él mismo ser histórico, tiempo, historia).


Precisamente la filosofía del hombre estudia las operaciones específicamente humanas, el conocimiento intelectual y la voluntad libre. A través de ella demuestra que el alma humana es espiritual, ya que es la raíz de las operaciones que trascienden el ámbito y las posibilidades de la materia.

En sus lecciones de "Lógica", Kant resumía el campo de la filosofía y sus problemas básicos a las famosas cuatro preguntas fundamentales: ¿qué puedo saber? (Metafísica); ¿qué puedo hacer? (Moral); ¿qué puedo esperar? (Religión); ¿qué es el hombre? (Antropología). Pero el problema del hombre no es sólo teórico, sino que lo involucra vitalmente porque quien pregunta se halla metido en el mismo interrogante.

Y el interrogante fundamental de la antropología aborda la estructura básica y esencial del hombre que lo constituye en cuanto tal y lo diferencia de las demás cosas. La pregunta: ¿qué es el hombre? Implica de por sí una previa afirmación de una esencia ya determinada, es decir, su comprensión dentro de un horizonte metafísico, pregunta que es impugnada por los marxistas sobrevivientes al amparo del existencialismo propuesto por Sartre; quien afirmó que de algún modo se impone la noción y la necesidad de establecer estructuras básicas del hombre si queremos establecer un punto de discontinuidad como se resalta en su actividad racional y cultural respecto a las demás especies vivientes.

En la historia del pensamiento antropológico, la determinación de las estructuras fundamentales del hombre conoce múltiples definiciones: el hombre como ser racional, como ser instintivo, como ser práctico-transformador, como ser cultural, como ser metafísico, como ser religioso, como ser estético, como ser trascendente, como ser-en-el-mundo, etc., son determinaciones que pretenden señalar no sólo aspecto o elementos distintivos del hombre sino su núcleo fundamental.


En el problema antropológico sobresalen cuatro problemas que están en estrecha relación con él: el problema de la libertad, de la cultura, de la praxis y el problema de la historia. Así, el problema del hombre no se reduce a sus orígenes físicos (la llamada teoría de la evolución), sino a su diferenciación constitutiva aunque reconociendo, como es obvio, su relación básica con el mundo animal desde el punto de vista somático. Entones la cultura aparece como una clave básica de la comprensión misma del hombre y de la historia, según sustenta Ernst Cassirer: "En el mundo humano encontramos una característica nueva que parece constituir la marca distintiva de la vida del hombre. Su círculo funcional no sólo se ha ampliado cuantitativamente sino que ha sufrido también un cambio cualitativo. El hombre como si dijéramos ha descubierto un nuevo método para adaptarse a su ambiente. Entre el sistema receptor y el erector, que se encuentran en todas las demás especies animales, hallamos en él como un eslabón intermedio algo que podemos señalar como "sistema simbólico". Esta nueva adquisición transforma la totalidad de la vida humana" (Antropología filosófica, 1976).

  • ¿QUE ES EL HOMBRE?


La gran pregunta de la antigüedad hasta nuestros días es acerca de la naturaleza del hombre, saber si tiene un alma inmortal y una facultad racional o no, determina una forma de vida, una manera de relacionarse con el mundo y con las divinidades. El hombre definido como un ser social, político o animal sin plumas pretende ser separado de los demás seres, a saber: los animales, las plantas, los ángeles, los dioses…
 
Con base en las diferentes definiciones de su esencia, el hombre establece sus límites, su comportamiento, su manera de relacionarse con el mundo físico y el divino, acepta o rechaza responsabilidades, se vuelve un ser obediente o en un ser creador que construye las reglas de su vida.

Es el hombre el centro del mundo, un ente indefinido, sin oficio, sin puesto, sin faz, capaz de elegir su imagen y su empleo por su propia elección. Condenado a no ser terrestre ni celeste, ni mortal ni inmortal, libre para ser el escultor de su vida y forjarse su forma. El ser humano se muestra capaz de ser planta, bruto, un viviente celestial, un ángel o de hacerse uno con Dios. Es el hombre el gran camaleón de la creación, un camaleón doble: modifica su entorno y con él a si mismo. “¿Quién no admirará al hombre?”.

El hombre no tiene identidad, la construye. “Propiamente no es. Propiamente nada tiene”. El hombre no es ninguna cosa y por ello puede ser cualquiera.
Pero a Pico no le interesa que el hombre experimente toda la libertad que su no ser le otorga, el hombre debe evitar que se diga que estando en condiciones de conocer permaneció en calidad de burro. El hombre debe convertirse en “hijo del altísimo”. El verdadero fin será que se acerque a la divinidad para que cuente con la misma dignidad y gloria de los Serafines, Querubines y Tronos.

Es necesario para Pico que en nos coloquemos en medio de las grandes tradiciones del pasado, que sigamos el camino de la iluminación y la purificación, que nos dejemos llevar por la perfección de la gran cadena de maestros. Debemos rechazar la ignorancia y los vicios para que la filosofía pueda “derramar” con luz de conocimiento nuestra alma, siendo capaces de conocer las cosas divinas. La teología llama a los hombres inacabados diciéndoles: “Venid a mí los que os fatigasteis, venid y yo os aliviaré, venid a mí y yo os daré la paz que el mundo y la naturaleza no os pueden dar”.

La búsqueda continua de identidad fatiga al hombre, de manera que sólo el encuentro con el conocimiento antiguo y divino pueden salvarlo de su búsqueda interminable, el hombre encuentra su morada entre las divinidades gracias a la filosofía y lucha para no ser arrancado de ella. Entonces alcanzando esa Unidad “No seremos ya nosotros mismos, seremos Aquel mismo que nos hizo”.

El hombre se deja guiar por la magia, la filosofía natural consumada, la perfecta y suprema sabiduría que une el microcosmos del hombre con el gran cosmos universal, se hace maestro de sus pulsiones y se libera de ser esclavo, obtiene salud y equilibrio para el alma y al cuerpo. Es la sabiduría la que le muestra al hombre que las distintas doctrinas espirituales no son distintas sino que forman parte de una gran y única verdad que se ha transmitido de maestro a maestro (la lista de maestros abarca desde Moisés hasta Platón, Porfirio y Pitágoras, entre muchos).


El hombre que nace en la reflexión de la ilustración será a la vez diferente y parecido al hombre renacentista, en el comentario que hace Michel Foucault al texto de Kant ¿qué es la ilustración?” nos muestra a un hombre que se piensa a si mismo, que busca la diferencia que el hoy introduce al ayer. Según la interpretación de Foucault, Kant crea una idea de hombre que se basa en el uso de la razón, el hombre se vuelve responsable de su “minoría” de conciencia, un estado del cual no puede salir si no es por hacer cambios radicales a sí mismo.

El hombre tiene que atravesar la ilustración, que se muestra como una elección de vida que afecta a lo que hay de humano en el hombre. El hombre sólo hace uso de su razón cuando tiene un papel que desempeñar como la pieza de una gran maquinaria. La humanidad entera sigue la ilustración para someterse voluntariamente a la autoridad, por libre conducción, “obedeced y podréis razonar cuanto queráis”.

“La modernidad es vista por el autor en la historia del hombre “como una actitud un modo de relación con respecto a la actualidad; una elección voluntaria que hacen algunos; en fin, una manera de pensar y de sentir, una manera también de actuar y de conducirse”.

El hombre no es mera potencia parece indicar Foucault al comentar la ilustración, estamos determinados históricamente por ella, pero esta posibilidad de creación que el hombre tiene en sí y para sí mismo permite “una creación permanente de nosotros mismos en nuestra autonomía”.

Debemos liberarnos de la historia que nos arrastra “lo que hace falta captar es en qué medida lo que sabemos de ella, las formas de poder que en ella se ejercen y la experiencia que en ella hacemos de nosotros mismos no constituyen más que figuras históricas”.

Si algo nos invita el pensamiento de Kant según Foucault (además de obedecer voluntariamente a la autoridad) será a usar la razón para transgredir los límites de lo establecido. Nos recuerda Foucault que el hombre mantiene su libertad y su no ser aún en épocas donde autodeterminarse ya no se contempla como una posibilidad.

El hombre es en síntesis el gran camaleón, el ser que se autodetermina y nunca acaba de construirse, es aquel que puede obedecer voluntariamente y aquel que puede franquear sus límites, el hombre es también el gran misterio, la sorpresa que surge con la historia, el hombre es nada y por eso lo es todo.

  • EL SER HUMANO COMO PROBLEMA


A través de la historia de la humanidad, el ser humano ha sido el aspecto social de mayor incertidumbre. Sobre éste se han dado diferentes concepciones, las cuales de una u otra manera, determinan la sociedad. Al estudiar al ser humano como problema se han dado visiones como:
El ser humano es un ser creado: Segun esta visión, el hombre aparece como la criatura suprema entre lo creado, hecha a imagen y semejanza de Dios, dotada de razón, voluntad y libertad.
El ser humano es un producto histórico social: Es un ser proyectado a un futuro que se espera sea mejor siempre. Tal historia es continua e infinita, se mueve de manera dialéctica. Ésta dialéctica se revela en la lucha de las clases, que es al mismo tiempo, el motor de la historia misma.
El ser humano es una voluntad, virtud, y libertad: El hombre es la posibilidad de ser libre, bajo su voluntad, para el más propio poder del ser. Para la realidad humana, ser es elegirse: la libertad es el ser del hombre.
El ser humano es un producto de la evolución: La teoría evolucionista plantea que los seres vivos constantemente tienen que enfrentar una auténtica lucha por su existencia. Según esto, el hombre es el producto de un lento proceso de homonización que lo ha llevado a ser lo que es hoy en la actualidad.
El ser humano es un producto de la psíquis: Define al ser humano como la razón y existencia de su conciencia y de su alma, según la cual el hombre es de acuerdo a su espiritualidad.
El ser humano es un ser humano pluridimensional: Se plantea que la vida del hombre es muy difícil describirla debido a la pluridimensionalidad del ser humano, ya que es capaz de amoldarse a las distintas e innumerables facetas de su vida cotidiana. Además, estas facetas que el ser humano adopta para ciertas actividades, lo hacen único entre miles de millones iguales.

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